jueves, 5 de julio de 2012

Don Alfonso

Tenia Don Alfonso un local en mi cuadra, el decía que era un lugar fantástico yo solo veía un cuarto despintado con matices de azules y verdes como anunciando su gloria pasada si es que algún día la tuvo, en el centro del mismo una mesa tambaleante con cuatro patas de madera, raspada sin brillo, sobre ella solo había tres cosas, un mantelito tejido a mano, un florero vació  y una caja mediana de cartón sucio.

Era un cuarto muy pequeño pero sin embargo recuerdo como desfilaba y desfilaba la gente y la mayoría salia con una expresión en su rostro muy diferente a la persona anterior, algunos salían sonriendo y otros ni siquiera levantaban la mirada, era muy extraño ver a tantos y tan diferentes personajes.

La casa de Don Alfonso era verde claro, tenia dos macetas rojas con flores naturales y en ellas nacían tréboles que por buena o mala suerte según se vea eran de tres hojas, nada fuera de lo común había en ellos jamas pude encontrar uno de cuatro hojas.

Don Alfonso era un hombre mas bien solitario, nunca se le conoció una esposa o algún hijo regado por ahí, creo que cuando nací ya era un hombre muy viejo o al menos así me lo parecía pues se apoyaba al caminar en un bastón tallado a mano que sostenía en su mano izquierda, decíamos cuando eramos niños que ese bastón le daba los poderes pues cuando no lo tenia ni siquiera podía ponerse en pie, desconocíamos entonces de las rodillas cansadas de Don Alfonso y solo suponíamos e inventábamos cosas.

Se sentaba por la tardes en una banca afuera de su local aclaro no todas las tardes lo hacia, solo los martes y cada martes venia a visitarlo una mujer, Don Alfonso se sentaba después de las seis y recibía amablemente a quien lo visitaba para abrir la caja solo le decía  "A nadie puedes contar lo que has visto dentro"

Vi pasar a muchas personas por aquel lugar y ninguna de ellas regresaba, creo que tomaban como un hecho irrefutable lo que veían dentro de la caja, vi a hombres y mujeres uno tras otro desfilar y llorar, observar y reír, en fin siempre diferentes personas con iguales resultados.

Cuando empece crecer mi curiosidad por saber que había en la caja aumentaba, se contaban leyendas muy absurdas que decían que la caja mostraba el momento de tu muerte, que mostraba tu destino o el camino que debías seguir para llegar a el, decían que Don Alfonso era un guardián del tiempo y por eso no moría, otros decían que era un hombre maldito que no tenia lugar ni en el cielo ni en el infierno y que la muerte lo mantenía aquí cuidando la caja hasta que Dios o el diablo le dieran algún lugar en sus reinos. Decían también que Don Alfonso se había hecho muy rico engañando a muchas personas con la caja del destino, pero que así como tomaba el dinero se le volvía polvo en sus manos pues estaba vendiendo el futuro sin compartir con el tiempo sus ganancias y que por eso siempre fue pobre y jamas dejo la cuadra.

La mujer que lo visitaba solo los martes seguía viniendo aun después de tantos años, ya no era tan joven, ya no era tan bella, ya no era tan fuerte pero siempre tomaba de las manos a Don Alfonso al momento que le entregaba la caja, ella pasaba al local, abría la caja y ponía dentro algo, la cerraba, lloraba un poco y antes de salir se limpiaba las lagrimas. Acto seguido entregaba la caja a Don Alfonso y se retiraba por la misma banqueta que había caminado todos estos años.

En un ejercicio de franca curiosidad un día me acerque a donde estaba el viejo y le pregunte que había en la caja, el me contesto ¿quieres mirar? yo le respondí, no tengo dinero...

No se trata de dinero, se trata de valor o a veces de cobardía, los que vienen a ver lo que hay dentro de la caja casi siempre vienen por que no saben esperar o por que no tienen esperanza, suena raro pero al final es lo mismo, no se dejan o no quieren dejarse sorprender por la vida y creen que las respuestas ya están escritas en algún lado, olvidan aquella frase de "el pasado es de roca, el presente de barro y el futuro de aire".

Bueno ¿quieres mirar o no? me pregunto molesto, NO señor (respondí) prefiero esperar esa sorpresa que usted dice.

¿Y por que usted tiene esa caja Don Alfonso?

Hace años (me dijo) una mujer entro a mi local que en ese entonces era una frutería y me dijo que esta caja me la habían enviado y que era capaz de hacerme millonario si no la abría o que si mi curiosidad era muy fuerte podía decirme el destino de mi vida en un segundo, el cual podía ser muy feliz o muy infeliz según lo que aprendiera al ver lo que había dentro.

Mas joven y sin dinero decidí que prefería venderle eso a los demás y esperar mi turno hasta que fuera lo suficientemente rico o lo suficientemente viejo para mirar dentro de la caja, ninguna de las dos cosas paso como lo planee, ahora no soy ni rico y no me siento aun tan viejo para creer lo que me diga la caja.

¿Y la mujer de los martes Don Alfonso? Ella viene solo a recordar mi trabajo, no habla, no me mira, solo entra en el cuarto y mira la caja,  ella creo que es la muerte o el tiempo, o es una enviada de ellos dos que me recuerda semana a semana el camino que escogí y como termine amarrado a esta caja.

Un día la mujer de los martes desapareció, Don Alfonso por fin pudo descansar de su tarea y lo vi sentado en la banca maldiciendo y ahuyentando a los que venían a consultarlo, ya no tenia la caja en sus manos, solo su bastón.

A las pocas semanas murió y como no le conocíamos esposa, no le conocíamos hijos fuimos los de la cuadra los que nos encargamos de su funeral.

Fuimos a limpiar su casa y ahí encontramos la caja, nadie quería tomarla y fui yo quien la levanto recordando  lo mucho o poco que sabia, lo real y lo fantástico y fue entonces cuando la abrí.

Vi entonces un papel fechado un martes que decía "Alfonso yo siempre seré tu destino" al leer en mi mente comenzó a resolverse un rompecabezas que tal vez no sea cierto pero que le da un final un poco menos gris a la vida de Don Alfonso.

La mujer que lo visitaba los martes desde siempre tomaba las manos de Don Alfonso antes que la caja, la mujer que lo visitaba los martes tal vez y solo tal vez veía en la caja su vida unida a la del viejo, el decía "no habla, no me mira solo mira la caja".

Tal vez ella creía en la caja y sabia que su vida estaba ligada a la del viejo pero no podía decirle lo que veía en la caja pues era el mas importante de los mandamientos al usarla.

Y que tal que Don Alfonso cada día vaciaba la caja sin ver dentro y encontraba esa nota, el nunca supo que veían los demás, el nunca miro dentro, solo la volteaba y caía ese mensaje estaba ahí para èl: "Alfonso yo siempre seré tu destino" Y su destino fue la caja  pues así se lo hacia saber cada martes aquella papeleta.

Ambos creían mas en la caja que en el destino, ambos se fueron sin poder decirse lo que pasaba cada martes, tal vez y solo tal vez si ella hubiera hablado o Don Alfonso hubiera dudado un poco estarían acompañándose aunque sea después de muertos.

Quien sabe, a lo mejor solo es un cuento de una caja y dos o mas necios...