
Soy Juan Perez y aunque no lo creas.. no me llamo así..
Tuve siempre un grave problema con mi forma de vestir, pero es que siempre pense en verme agusto antes de verme bien, me gustaba poder moverme con comodidad para poder proporcionar ayuda rapidamente en lugar de tener que andarme levantando las mangas o aflojarme la corbarta antes de actuar, para mi esa era una estupida e inecesaria perdida de tiempo.
Dicen que el habito no hace al monje sin embargo yo creo que si, cuando niño me pusieron trajes de superman y de verdad sentía que podía volar, mas de una vez me torcí un tobillo al saltar de la segunda litera, a veces me ponían trajes del hombre araña y con bolas de estambre pretendía capturar a los malos, otra veces me ponían botas y como gran cowboy montaba sobre la escoba y recorría grandes planicies sin salir del patio de mi casa, por que de de contarles que antes las casas tenian patios enormes con arboles de moras y sombras donde te cobijabas para soñar.
Después me pusieron un pequeño delantal y me llevaron a un lugar que se llamaba "el kinder" y sentí un retroceso, una soga a mi imaginación y me dijeron que era un niño muy estudioso, ahí deje de ser vaquero, astronauta y superheroe, ahora solo era un niño que estaba en el kinder y que sabia tomar colores y pintar sobre hojas de papel, a veces nos ponían un sombrero y nos convertían en pintores, a veces nos daban un instrumento musical y eramos músicos, otras veces nos vestían de arboles y plantas, de pastores y ovejas en fin... eramos lo que los demás querían que fuéramos... No niego que me divertí, pero me gustaba ser algo mas que una planta.
Luego creci y no pude quitarme en años el traje de estudiante y solo en pocas ocasiones pude ponerme encima por unas horas el disfraz que queria tener, asi fui luchador, integrante de menudo, corredor de autos de carreras, han solo o luke sky walker dependiendo quien era la princesa leia, tambien fui cantante, policía y ladrón, fui muchas cosas por momentos breves, por mas que intentaba el traje de estudiante que los demás pusieron en mi jamas pude quitármelo, me imagino que tenia muchos candados y cada quien tenia una llave menos yo.
Aunque la vida seguía su curso y yo no estaba para nada contento con mi traje de estudiante debo aceptar que este me ayuda en la integración con los demás, de hecho mis disfraces mejoraron muchísimo pues me vestí de líder, de guerrero, de esposo y de doctor, jajaja fueron tiempos por demás emocionantes.
En algún momento alguien decidió que el traje de estudiante me quedaba chico y cuando mas me estaba divirtiendo me pusieron el traje de trabajador, corbatas apretadas, pantalones incómodos, pocas horas de sueño, una muy mala paga y jornadas larguísimas lejos de lo que consideraba libertad, fue entonces cuando aprecie aquellos momentos de niño donde podía ser lo que yo quería por largas horas incluso por largos días, escribir mis propias aventuras en lugar de tener una lista de pendientes, tener muchos amigos en lugar de ser educado y cortes con unos pocos y esclavo laboral de otros tantos, este traje me gustaba aun menos que el de estudiante pues en aquel había pequeños escapes con mis pacientes cuando era doctor, con mis fans cuando era cantante con mis seguidores cuando era líder, aquí la presión de los que mandan sobre la vida de los otros me dictaba que tenia que hacer dinero para gastarlo en lo que fuera, pues eso me daba poder y posición ante la mirada de gente que me importaba menos que el clima en marte.
Sin embargo si como estudiante no tenia voluntad como trabajador tenia menos, estaba condenado pensaba yo a ser lo que los demás querían ver en mi olvidando lo que yo deseaba comunicarles con mi vida, muchos años pasaron antes de que yo pudiera acostumbrarme a este traje que era enorme e incomodo, pero tuve que entender que por lo pronto no tenia otro.
Luego de algunos años de verme como alguien de "bien" encontré a una mujer que vestía como yo y de cuando en cuando nos escapamos para quitarnos uno a otro el traje de trabajador, creo que aun había rebeldía infantil en mi, suficiente para compartirlo con ella y ser lo que quisiéramos ser mientras estábamos juntos hasta conseguir lo que en ese tiempo considere el mejor traje que podía vestir.. el de esposo.
Nos casamos y oh!.. no contaba con ese pequeño detalle de que el traje de esposo volvía mas y mas pesado el traje de trabajador y hubo momentos en que quise solo caer y quedarme quieto para ver si moría pero las miradas de quienes me habían vestido la primera vez y de mi esposa me dieron fuerzas para levantarme y seguir en un camino que cada vez se me hacia mas complicado.
En un momento maravilloso el mejor traje de mi vida llego... me convertí en padre y con eso el cansancio y el peso de los demás desaparecieron y sin pensarlo siquiera mi nuevo aliado me convirtió de nuevo en astronauta, superheroe, bombero, doctor, maestro y muchas cosas mas que jamas hubiera imaginado ser, fui el mas feliz de los dos aunque nunca se lo dije.
Esta emoción se repitió una vez mas, con una princesa que me convirtió en rey, en guardián, en celoso y paranoico pues la perseguían otros estudiantes y trabajadores que como yo buscaban su traje de esposo... ah! como me saco canas verdes mi princesa...
En el tiempo me quede solo, mi esposa partió, mi hijo se tuvo que vestir de esposo y después fue feliz siendo padre, mi hija bueno... ella.. ella se convirtió en mama y eso es algo que aun no creo, pues ninguno de los que pelearon contra mi por ella me parecía lo suficientemente bueno, pero yo que iba a saber.. solo era un guerrero.
Un día empece a vestir como yo quería igual que cuando era niño y deje de escuchar a los que desde siempre me perseguían poniéndome etiquetas y corbatas, sacos y responsabilidades, empece a soñar, a caminar y escribir, empece de nuevo a pensar por mi y para mi y me puse unas ropas sencillas, simples y baratas y comencé a caminar...
Sin quererlo me perdi, pero me perdi con pleno conocimiento de causa, bueno.. de mi propia causa, deje de ser estudiante, deje de ser esclavo y trabajador, deje de se esposo y amante, deje de ser todo lo que era, pero no me olvide de ninguno de mis trajes, hoy.. hoy me dicen vagabundo... yo solo se que me vesti de libertad como cuando era libre, como cuando era niño.
Hoy soy loco, poeta, músico, filosofo, sabio y extraño, hoy soy feliz andando sin preocupaciones de inseguridad y robo pues ¿que podrían robarme si lo que tengo no puede venderse?, mis tesoros son mis momentos, mis experiencias como padre o mis abrazos como esposo...
Me vestí de libertad pues aunque hay muchos como yo en todas las calles ninguno nos parecemos en nada, cada uno tiene un reino, un tesoro un recuerdo, los demás...ustedes... siguen siendo empleados con corbata y portafolio.
(cuento corto de la serie juan perez un libro que nunca termine de escribir)